Esta famosa vidriera perteneció al derruido Convento do Carmo, habiéndose aplicado al edificio actual a finales del siglo XIX.
Se considera el ejemplo más importante de manuelino-mudéjar en todo el Alentejo. Se sugiere que fue construido alrededor de 1520, mostrando muchas similitudes con las ventanas de la parte manuelina del Palacio de Sintra.
Presenta algunos detalles artísticos que ya llevan la impronta del renacimiento, como el rosetón en la parte central, las flores y la cabeza de querubín que se aprecia en el centro.